Tengo miedo.

De no verte, no tocarte, no poder mirar tus ojos mientras me hablas, no poder leerte los labios, ni acariciar tu cara mientras intentas decirme un te quiero que hace que poco a poco mis mejillas recobren un color que pocas veces han sentido, no sentir tus abrazos ni poder disfrutar tus besos, cada día pensando en lo mucho que te quiero y que desearía estar a tu lado, risas, bromas, llantos, peleas, reconciliaciones, conversaciones, muestras de afecto, todo aquello que quisiera pasar contigo, las tardes a tu lado, no tener que esperar a esos fines de semana, que al acabar, paso la noche recordándote, imaginando que todavía no te has ido, que sigues estando a mi lado mirándome, observando todos y cada uno de mis movimientos y expresiones, de modo que a cada momento sabes qué pienso. Quisiera que esto, lo nuestro, durara mucho más tiempo, pero no quiero pensar en un mañana, quiero quererte hoy, quiero darte todo lo que soy y lo que quiero ser, quiero que me conozcas, que comprendas mi forma de ser, que te aprendas mis manías y mis emociones, que seas parte de mi.