Si caemos, caeremos juntos.

Pídeme esfuerzo, muros, que no pase el tiempo, que me deje llevar, que sea yo misma, pídeme que te muerda, que no deje sitio, que me pegue a ti. Pídeme que atienda; cada minuto de cada hora, cada hora de cada día. Pídeme que te escuche y que me calle si hablo mucho. Pídeme que te agarre, que te cuide. Pídeme aire, sonrisas, el cielo incluso. Pídeme magia, ganas. Pídeme que te necesite, que te quiera.
Pídeme esperanza, sabores, suspiros. Pídeme que baile, que salte que quiera. Pídeme que sienta, que quiera sentir. Pídeme calma y locuras. Pídeme que despierte contigo, que te abrace por detrás mientras duermes, que esté en silencio. Pídeme que te mire mientras haces cualquier cosa, que me ria a la vez que tú. Pídeme que me levante cuando caiga, que quiera seguir cuando todo va mal. Pídeme que alcance tu boca de puntillas. Pídeme que siga tus pasos, que vaya contigo. Pídeme que sueñe, que sea feliz. Pídeme que empiece de nuevo todo y que no sea igual si no mejor. Pídeme que no avandone, que no me rinda. Pídeme paciencia, placer. Pídeme que me quede siempre, que este contigo. Pídeme que no este triste, que no sufra. Pídeme que te haga caso si me dices que me quieres (quiereme). Pídeme cambios, llamadas. Pídeme que recuerde tus palabras, pídeme que de señales de vida cada día, que no me esconda. Pídeme que no tenga miedo. Pídeme que no me olvide de nada, que lo guarde todo. Pídeme que lo intente, que lo consiga, que no deje que nos perdamos. Pídeme, vamos, pídeme. Que yo por pedir, sólo pido que me susurres que me quieres cuando lo sientas.