sábado, 26 de mayo de 2012

Qué dura es la vida del que no quiere vivir.

No me sale la cuenta de la vida, me sobran noches o me faltan días. Ya no me despierto con las mismas ganas de comerme el mundo o a más de uno que va por él. En mi mañana todo está demasiado oscuro, todo ha cambiado. El rap es la única vía de escape. Y, las apariencias engañan. Él era un tío legal, mientras que fui yo la que hacía de las suyas. Y, si volviera a nacer, te aseguro que volvería a caer en todos los vicios en los que un día caí. Paseo por una calle solitaria. Todo está oscuro y llueve. Las farolas me observan y el paso del tiempo me duele. El filo de mi cuchilla me aprieta, es ella. Llegaré al final de la forma más fácil, la vida no es bella, no es más que una historia de mierda demasiado corta. Siento si os he fallado una vez más, siento vergüenza al mirarme al espejo. Y, ahora estoy sentada en la barandilla de un séptimo piso. Ya estoy muerta por dentro, y estoy cansada, estoy harta de vivir huyendo siempre del pasado. Fui cobarde, y me rendí, más de una vez estuve a punto. Apunto en mi libreta ésta historia incompleta y ya no lucho. Páginas en blanco, tintadas del rojo de mi sangre. No merezco ni una lágrima, es mi nota de suicidio. Llego tarde, firmé un documento con satanás. Para liberarme solo tengo que saltar sin más. Dile a mi madre que siempre la quise y que lo siento. A mi bro, que busque mis palabras en el viento cuando sople. Y a los que desearon mi mal yo les deseo el doble, por haber hecho pedazos un corazón noble.
Perdóname, te lo suplico, no se si me explico.


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